De mi parte todo comenzó con unos
simples mensajes, con un simple “Hola, que haces?”. Mensaje que me parecía muy
raro ya que nunca entablamos una conversación, y eso que ya nos conocíamos
desde hace nueve meses.
Siempre lo trate como a cualquier
“profesor” o más bien “instructor”, es decir, cortante y muy distante, pero al
final del curso, se empezó a dar una amistad muy linda.
Les cuento como es el. Por empezar,
supuestamente “nunca iba a salir con alguien mayor que yo”, el me lleva cuatro
años, es morocho, un poco alto, su carácter es fuerte, es muy ingenioso y muy
buena persona, le encanta dar su punto de vista de las cosas por más que
pienses diferente a él. En fin, es muy interesante a la hora de hablar, siempre
hay tema de conversación. También, sobre todo es muy terco, un celoso sin
remedio y algo caprichoso (pero a veces me pregunto si eso solo lo hace
conmigo, y me genera dudas).
Bueno, como decía, todo comenzó con
unos mensajes, que llevo a una invitación a mi casa a “ayudarme” con un informe
que debía presentar en la escuela. Al llegar a mi casa, aquella mañana,
mientras yo pasaba toda la información en la compu, charlaba con él y su única
ayuda fue cebarme un mate. Fue una charla muy amena y casual, hasta que me hizo
una pregunta un poco rara para mi parecer. Me pregunto- ¿Ailen, te animarías a
hacer alguna locura?-. Me pareció rara la pregunta, ya que no sabía a qué
llevaría mi respuesta. Y a esta pregunta yo respondí, - Si, creo que si me
animaría, soy de hacer locuras-. Obviamente habré sonado, súper segura, pero en
el fondo me daba miedo, porque secretamente él siempre me gusto.
Luego por la tarde seguían los
mensajes, todo muy casual, una conversación normal. Lo mismo por la noche, y me
gustaba tanto que el me hablara y se interesara por mí. Se sentía bien.
Por qué dije eso? Bueno, yo soy el
tipo de chica, que un hombre nunca se fijaría, no tengo lindo físico, y tampoco
un buen carácter, soy muy seria, y también muy cerrada, no me gusta contar mis
cosas, pero con él era diferente, muy diferente.
Al día siguiente, nos seguimos
mandando mensajes, y prometió ir a verme en mi guardia. Como ya lo había
esperado bastante, me fui a acostar un rato y justo llego el, me dio su mano
para pararme de la cama y no sé cómo paso, pero le di un beso en el cuello (aseguro
totalmente que no fue intencional, pero lo que él hizo si lo fue), y él me comió
la boca de un beso. Un beso tan apasionado, que me saco el aliento, sentirlo
tan varonil, tan seguro de sí mismo, me volvía loca. Fue el mejor beso, que me
dieron en toda mi vida.
Ese beso me asombro tanto, que quede
sentada en la cama, mirándolo. Él se sentó en la cama del frente y comenzó a
charlarme. La verdad, no sé qué me habrá dicho, porque estaba tan anonadada
(palabra que aprendí de él obvio), que pensaba solamente que había pasado?, que
fue ese beso?, que era lo que yo sentía por el?, que sentía el por mi?, era un
sueño?
Pasaron las horas y los mensajes
continuaban, casuales, como con cualquier amigo, sin tocar el tema “el beso”.
Al otro día, volvió a mi casa, por la
mañana. Obvio. Aprovechando que mi mama y mi papa trabajan, y que mi hermano no
estaba.
Fue un día miércoles, desayunamos
juntos y hablamos muchos temas. Estaba tan nerviosa que hablaba sin parar. Es
que no sabía, si el beso que me dio fue un error, o si fue intencional, pero
mucho más miedo, me daba el preguntar.
Me fascinaba, su manera de mirarme y
escucharme con tanta atención. Desde ese momento, hablar con él y tener su
consejo o su opinión, se volvió lo más importante para mí.
Creo que la atracción que sentimos en
esos momentos, después de tanto hablar, y mirarnos fijamente a los ojos, ya nos
iba a hacer explotar. Hasta que no aguantamos más.
Sus besos, son los más dulces, los más
tiernos, los más fogosos, te encienden como una pequeña llama, hasta convertirse
en un incendio incontrolable.
Era hermoso, poder verme con el, me sentía
segura, sentía que por fin alguien me quería.
Todo lo que conté era tan perfecto,
tan único, que me olvide completamente que el tenia novia.
Por primera vez sentí, un sentimiento
tan único, que me hizo dejar de pensar en mi misma, y me hizo pensar en alguien
más.
Me entregue por primera vez, a el, como
una tonta, sin pensar en cómo me iba a enamorar, le di todo. Hasta el día de
hoy, reconozco que el tiene en su mano derecha, mi corazón y en su mano
izquierda mi alma.
Le di lo mas importante que puede
poseer una mujer, a el. Le di todo. En ese momento, al escuchar cuando me decía,
que este tranquila que me iba a esperar hasta que este lista, me sentía tan
segura. Me sentía segura en sus brazos.
Esa fue la primera vez, que le dije “te
amo”. El primer, te amo, que le dije a otra persona que no fuera mi madre.
Y yo sabia que tenia novia.
Era como entrar y salir de la
realidad. Era horrible.
Pasaron los meses, y seguíamos en la
misma situación, nos seguíamos viendo, seguíamos durmiendo juntos, el seguía engañando
a su novia, el me llevo a su casa como una amiga, pero terminaba durmiendo en
esa casa.
Cada mez que pasaba se volvió, en el
dolor mas grande que podía pasar. Era un dolor incomprensible, inimaginable.
Y todo eso, porque? Porque, me enamore
perdidamente de el, no fue mi intención, fue un error. El error mas hermoso y
doloroso que cometi. No me arrepiento, pero el dolor que siento hasta el dia de
hoy, me mata lentamente, es un cáncer que llevo en mi corazón.
Mi situación era asi. Mientras el me “hacia
el amor” (porque según el, hacíamos eso, no es que simplemente teníamos sexo,
me decía que me hacia el amor), yo lloraba, trataba de tapar mis lágrimas con
la oscuridad de la habitación y cuando me preguntaba si todo estaba bien, yo le
decía que sí. Era lo más patético que podía hacer, me sentía tan mal, pero lo seguía
haciendo.
Es tan triste que una mujer como yo,
aparentando ser tan fuerte como un toro, se deje usar asi. Y todo eso pasaba,
porque me enamore.